La innovación no debe ser entendida únicamente como el desarrollo de soluciones tecnológicas como un bien que será objeto de comercialización en el mercado. La sociedad se enfrenta a una necesidad, cada vez mayor, de encontrar planteamientos innovadores para solventar problemas ecológicos, sociales y económicos, de carácter complejo. En definitiva, hablamos de innovación social que trata de solucionar un problema de la sociedad en su conjunto mediante productos, servicios o nuevos esquemas de funcionamiento que permitan a la vez atender demandas sociales y generar nuevas redes de relación bajo principios de colaboración.

Una de las premisas fundamentales de la innovación social tiene que ver con la consideración de que toda innovación surge de las personas y de la forma en la que interaccionan. Estos principios son parejos a los de la Economía Social. Por eso no es de extrañar que la necesidad de innovación social esté siendo cubierta, en gran parte, por empresas de dicho sector. La innovación social y las empresas de economía social buscan soluciones efectivas, eficientes, sustentables y justas, fuertemente vinculadas al territorio y a las personas. Soluciones que se convierte en grandes motores de cambio logrando una mejor sociedad que, con más y mejores capacidades, facilita que su talento se canalice hacia actividades productivas y de gran impacto económico.

La economía social tiene un peso significativo desarrollo del económico de la Unión Europea, pero también juega un importante papel en los procesos de cambio de sus sociedades. El contacto directo con los territorios les confiere a cooperativas, sociedades laborales y otras organizaciones del sector, una especial capacidad para detectar nuevas necesidades en su entorno. Estas organizaciones son capaces de desplegar diferentes tipologías de innovación para avanzar el desarrollo económico de su entorno.

En los recientes premios ASATA, que contaron con el patrocinio de Asturgar SGR, se pudieron ver ejemplos de cómo iniciativas del sector han sabido aportar y consolidar soluciones innovadoras en su entorno. Cabe señalar el ejemplo de la cooperativa Suma Fisioterapia. Los tres jóvenes emprendedores de esta iniciativa habían ido constatando como la recuperación de sus pacientes estaba estrechamente vinculada a sus emociones y a las circunstancias de su entorno. Este proyecto empresarial ha buscado la innovación en ese enfoque biopsicoemocional de la atención de sus pacientes. Se trata de una visión de 360 grados de la salud, que deja atrás el concepto tradicional por el de cuidar de la salud de las personas con una perspectiva multidisciplinar.

Asturgar SGR está fuertemente comprometida tanto con la innovación como con la economía la economía social en la región. En cuatro años, ha destinado avales por 1,7 millones de euros al apoyo de la actividad de Empresas de Economía Social y más de 3,5 millones a proyectos calificados como innovadores.